Los inversores para instalaciones aisladas o no conectados a la red se utilizan en instalaciones sin conexión a la red eléctrica.
En sistemas autónomos es necesario el suministro a 230 V en corriente alterna, ya que en la mayoría de las veces suele haber varios elementos de consumo convencionales diseños para trabajar a esta tensión.
Para poder adaptar la tensión de corriente continua proporcionada por el acumulador a la tensión alterna necesaria para estos consumidores, se necesita un convertidor de tensión o inversor de baterías aislada.
Este equipo viene determinado por su tensión nominal de entrada, su potencia nominal, su eficiencia y el tipo de señal que genera, y debe proporcionar una tensión de salida estable, independientemente de la potencia requerida en cada momento.