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Las calderas eléctricas pueden asemejarse a las de gas en climatización o funcionamiento pero sus componentes difieren mucho; una caldera eléctrica estándar posee: ingreso de agua fría y salida de agua caliente; requiere de una instalación mínima para conexiones libres o para sistemas ventilados y sin ventilar. Su rendimiento está estimado en un 99,8%, es un sistema libre de contaminación lo que lo convierte en el más conveniente; como no requiere de ventilación, no desperdician calor y por lo tanto logran una eficiencia mayor a cualquier otro calefactor. No producen ruidos ni humos, otorgando así una atmósfera y estilo de vida mucho más limpios; con respecto al mantenimiento de las calderas eléctricas decimos que éste es mínimo a lo que hay que agregar que nunca tendremos problemas de provisión de combustible. Las calderas eléctricas son las únicas que pueden ofrecernos un confort mucho mayor al de cualquier otro sistema eléctrico, ya que, de todos ellos, es la que puede garantizarnos una excelente provisión de agua caliente sanitaria como de calefacción, tanto en áreas rurales como en zonas urbanas, siempre y cuando constemos de una red eléctrica. Estos artefactos están dimensionados para satisfacer una amplia gama de necesidades, desde una casa prefabricada hasta una vivienda multifamiliar; los modelos más tecnológicos incorporan un microchip para el sistema de control encargado de regular la temperatura como producción de agua caliente. Los modelos de calderas eléctricas actuales incluyen: termostato de control, purgador automático, termómetro incorporado (0º- 120ºC), válvula de vaciado, programador de hora, bomba aceleradora, válvula de seguridad, vaso de expansión membrana y su estructura suele estar pintada en resina epoxi. Para comprender un poco mejor cuál es la función de cada parte que hemos nombrado, las describiremos una por una; el programador se asemeja a un pequeño robot electrónico mediante el cual podremos regular la puesta en marcha o la parada del calefactor tantas veces como sea necesario ahorrando un significativo nivel de consumo de energía. El termostato posee una división muy particular: el que cuenta con sensibilizador y el que incorpora una sonda; el primero controla la temperatura y es capaz de captar hasta el mínimo contacto de desnivel de la misma. El segundo también indica los grados en que está funcionando el interior del calderón calefactor pero, mediante el uso de una sonda, consigue una regulación más perfecta aprovechando la energía al máximo con un mínimo de gasto económico. El programador de horario, podremos decirle al equipo cuándo deseamos que éste se encienda y se apague automáticamente, mientras que con la bomba aceleradora (incorporada dentro del calefactor) es la encargada de convertir el agua fría en caliente y así proporcionar un suministro constante de agua caliente sanitaria.
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