Cuando la temperatura del agua en la termochimenea supera los 93ºC, la válvula de descarga térmica abre el paso de agua de forma automática hacia el desagüe con el fin de evitar sobrepresión en la instalación e introduce agua fría en el equipo al mismo tiempo, enfriándolo y manteniendo el volumen del agua en la instalación.
Así la instalación estaría protegida frente a cortes de suministro eléctrico y el no funcionamiento de las bombas.